¡Cazan a Pino en la mentira del coche de Atencia!: "Lo dice porque no tiene proyectos"

En las últimas semanas, el concejal José Pino, de Andalucía X Sí, ha reiterado en redes sociales la existencia de un supuesto coche de Atencia, pagado con fondos municipales, afirmando ahora que cuesta “1.764 euros al mes”. Esta afirmación no solo es falsa, sino que ha sido desmentida repetidamente: no existe ningún vehículo asignado a Atencia costeado por el Ayuntamiento.

Sin embargo, esta falsedad se ha convertido en uno de los recursos favoritos del señor Pino para atacar públicamente a sus adversarios políticos. Lo repite, lo amplifica, lo envuelve en cifras y lo presenta como símbolo de despilfarro, cuando no es más que una invención con fines puramente propagandísticos.

Este tipo de conducta tiene nombre: demagogia. Es el arte de manipular emocionalmente a la ciudadanía usando datos falsos o verdades distorsionadas, apelando al enfado y a la indignación para obtener rédito político. Pero la demagogia es también el síntoma más claro de la falta de proyecto propio: cuando no se tiene una propuesta de ciudad, se recurre a atacar a quien sí la tiene, aunque sea con mentiras.

📚 Lección de ética política: lo que un cargo público debe evitar

Un representante político no solo legisla o fiscaliza: representa valores. Ética, responsabilidad y respeto institucional son parte del deber cívico de quien ocupa un cargo público. Mentir deliberadamente no es solo una falta de respeto hacia el adversario: es una traición directa a la ciudadanía.

🔎 La ética política exige:

• Veracidad en el discurso público.

• Crítica basada en hechos contrastables.

• Transparencia con los datos que se manejan.

• Respeto a las instituciones, más allá de los nombres propios.

Y, sobre todo, exige coherencia. No se puede pedir responsabilidad presupuestaria mientras se miente sobre gastos inexistentes. No se puede defender la honestidad usando la manipulación como herramienta.

📌 Conclusión

Los políticos que mienten de forma sistemática no debilitan a sus rivales: debilitan la confianza de todos en la política. La ciudadanía no necesita más gritos ni más bulos disfrazados de valentía. Necesita representantes que digan la verdad, aunque no sea rentable, y que trabajen, aunque no sea visible.

El señor Pino debería reflexionar sobre esto. Porque la mentira, aunque se repita mil veces, sigue siendo mentira. Y cuando se usa como única estrategia, deja en evidencia no al otro… sino a quien la pronuncia.