Urgente: Partidarios de Trump asaltan el Capitolio de Estados Unidos

Partidarios de Donald Trump en Estados Unidos han irrumpido en el Capitolio, lo que ha paralizado la sesión en la que se estaban recontando los votos electorales de los estados para certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales.

Trump ha pedido a sus seguidores a través de Twitter que se comporten de forma pacífica y sigan las indicaciones de la policía y las fuerzas del orden. "Están de nuestro lado", ha afirmado, cuando poco antes había acudido a las protestas en Washington contra el fraude electoral. "Nunca nos rendiremos", había arengado a sus cientos de partidarios, llegando a calificar a los republicanos de "débiles" y "patéticos".

En el Capitolio, el vicepresidente Mike Pence y los congresistas han comenzado a ser evacuados, según han informado los medios estadounidenses. La republicana Nancy Mace ha deplorado la situación. "Esto no es lo que somos. Se me rompe el corazón por nuestra nación hoy", ha afirmado en Twitter. "Esto es lo que el presidente ha causado hoy, esta insurrección", ha cargado también el republicano Mitt Romeny y recoge New York Times.

Pence no puede evitar la proclamación de Biden

Donald Trump había estado presionando al vicepresidente, Mike Pence, para que no certificara la victoria electoral de Joe Biden en el Congreso, un hecho sin precedentes. "Si el vicepresidente Mike Pence está con nosotros, ganaremos la presidencia. Muchos estados quieren arreglar el error que cometieron al certificar cifras de votos incorrectas e, incluso, fraudulentas", había escrito en un tuit.

A estas presiones, Pence había respondido que no podía aceptar o rechazar los votos electorales unilateralmente, escudándose en las limitaciones que le impone la Constitución. En cualquier caso, en una carta remitida antes de la apertura de la sesión especial en el Congreso, había asegurado que cumpliría con su deber para que las dudas sobre el proceso electoral fueran escuchadas y había agradecido los esfuerzos de los legisladores estadounidenses para impedir supuestas "irregularidades en la votación".