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La mejor fórmula para mantener la casa caliente y ahorrar en calefacción

El descenso de las temperaturas durante el invierno aumenta considerablemente el valor de las facturas. Por eso, son muchas las familias que se preguntan cómo ahorrar en calefacción en los meses más fríos del año para que encenderla no se convierta en un lujo de los que no se pueden permitir. Entre un sistema de climatización eficiente y uno que no lo es, puede haber una diferencia de hasta 400 euros al año. Con estas cifras, merece la pena hacer cualquier esfuerzo para reducir la diferencia. Parece misión imposible. Pero, en realidad, sí se pueden combatir las bajas temperaturas al tiempo que se evita un aumento prolongado de los costes de los recibos. Si quieres aprender cómo y ganar comodidad en tu hogar, debes tener en cuenta los siguientes consejos de ahorro para tus sistemas de climatización. La época más gélida del año dejará de ser un problema económico. Nociones básicas sobre cómo ahorrar en calefacción

Controlar la temperatura y mantenerla constante. Las necesidades de temperatura no son iguales durante las 24 horas. Las casas o los espacios cerrados deben estar a unos 21º C durante el día y en torno a los 17º durante la noche. 

Mantener siempre la misma temperatura no solo es más caro, sino también contraproducente: A más de 23º, el ambiente se resecaría Para conciliar el sueño por la noche se necesita una temperatura más baja que durante el día

Mientras no estamos en casa, no necesitamos calor. Utilizar la calefacción con cabeza es una de las nociones básicas sobre cómo ahorrar en calefacción. Revisa la instalación anualmente. Para evitar los fallos del sistema de climatización durante la temporada de invierno, es importante programar su puesta a punto para las semanas previas a su encendido. Un termostato estropeado o un radiador que no se puede cerrar, pueden complicar mucho la gestión del ahorro. Controlar el aislamiento. Si las puertas y ventanas de la vivienda no aseguran un buen aislamiento, de nada sirven los esfuerzos por mejorar el sistema de calefacción. Tanto en invierno como en verano, los hogares necesitan una buena impermeabilización y aislamiento, para evitar que la temperatura exterior se cuele en el interior o, más bien, que el calor o el frío interior se escapen hacia el exterior. Invertir en un sistema de calefacción eficiente y sostenible. Muchos hogares cuentan con calderas antiguas que necesitan una sustitución inmediata, o unos radiadores viejos, eléctricos o poco accesibles. Una de las mejores soluciones es su sustitución por equipamientos más modernos como los suelos, paredes y techos radiantes. Con ellos, no solo se ganará en eficiencia energética, sino en espacio para un diseño más personal y adaptado a las características de la vivienda. No tapar los radiadores. En invierno, sobre todo en zonas húmedas, se tiende a colocar ropa o toallas encima de los radiadores para que sequen primero. Aunque parece una solución casera muy cómoda, lo cierto es que impide que se propague el calor al resto de la estancia.  

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